EL BODEGÓN

Entras al estudio. Te sientas. Preparas tu caballete y agarras ese trozo de carbón. Te dispones a realizar una gran obra y ahí lo tienes. Delante tuyo, sin moverse. Ya lo habías visto antes. Es el mismo objeto. Es la misma escultura. Parece que te observa. Se hace con el protagonismo de todas las miradas. Quieto, inmóvil, inerte. Expectante a ti.